Hay vida más allá del webinar

El aprendizaje en línea

Ha habido una “macro explosión intergaláctica” de webinars (bueno, quizás exagere un poco). Pero, ¿es el webinar la única alternativa para conseguir que aprendamos en línea?

Recordemos la definición (una más) de “aprendizaje”: La capacidad para incorporar nuevos hábitos y cambiar la forma en que hacemos las cosas para adaptarnos a nuevos entornos.

Cómo aprendemos las personas

Las personas aprendemos:

1. Haciendo, practicando en esos nuevos entornos (reales o simulados).

2. Reflexionando (mejor si es de forma colectiva) sobre nuevos conceptos, antes de llevarlos a la práctica o bien sobre la forma de mejorar los resultados una vez hayamos realizado las primeras pruebas.

3. Haciendo de nuevo, teniendo en cuenta las reflexiones anteriores.

¿Qué hay que hacer para conseguir que se produzca el aprendizaje?

Tenemos que conseguir que las personas entren en una dinámica basada en el ciclo “hacer – reflexionar – hacer”. El aprendizaje se puede producir de forma permanente. Lo único que hay que hacer es establecer las condiciones paracatalizar el proceso. ¿Lo hemos olvidado en nuestra organización?

El webinar

Un webinar, por lo tanto, puede ser un buen catalizador del aprendizaje si:

  • Contamos con varias opiniones sobre el tema a tratar.
  • Fomentamos la reflexión:
    • Invitando a compartir dudas: Las dudas surgen cuando reflexionamos sobre algún concepto o sobre su aplicación práctica. 
    • Preguntando “por qué”: Invitamos a compartir el razonamiento. 
    • Preguntando “cómo”: Acompañamos a la acción y al compromiso.

Existen otras alternativas que son excelentes complementos para fomentar el aprendizaje que también pueden llevarse a cabo en línea.

Espacios virtuales para compartir

  1. Espacios informales

Proponemos la creación y dinamización de espacios para que las personas compartan experiencias, dudas y propongan soluciones. Estos espacios suelen ser informales, aunque si la cultura de aprendizaje colaborativo no está arraigada, es recomendable que exista algún tipo de facilitación y acompañamiento.

Es indispensable reservar un tiempo en las agendas para que estas conversaciones se puedan producir y definir una cierta periodicidad para instaurar el hábito.

  • Espacios formales y específicos

También es necesario facilitar los encuentros de equipos experimentados con otros que requieran asesoramiento y apoyo. Se trata de reuniones específicas organizadas para que el equipo experto aporte sus conocimientos al que inicia sus actividades.

Es muy recomendable que estén dirigidas por un facilitador que asegure que se vayan a cumplir las expectativas de los participantes.

Deben prepararse con antelación recogiendo los requerimientos del equipo que solicita el apoyo y asegurar que esta información llega con tiempo suficiente al equipo experto. Se recomienda que el equipo que haya solicitado el apoyo redacte un documento con las conclusiones del encuentro y que éstas sean validadas por el equipo experto.

Es indispensable integrar estas reuniones en la planificación de la actividad laboral. Se pueden llevar a cabo al inicio, durante y a la finalización de los proyectos de una cierta entidad.

  • Espacios formales y globales

Los encuentros para el intercambio de conocimiento pueden realizarse también en línea. Se trata de sesiones colectivas que se producen durante una jornada.

La dinámica es la misma tanto si se realizan en línea como de forma presencial. El primer paso consiste en identificar a los “demandantes de conocimiento” y categorizar esas demandas. El segundo paso consiste en identificar quién, dentro o fuera de la organización, puede dar respuesta a las demandas identificadas. Es importante acotar bien cual es el conocimiento requerido para asegurar que el experto pueda satisfacer adecuadamente las expectativas. Para finalizar se organizan encuentros en los que se pone en contacto a los expertos con las personas o equipos que solicitaron apoyo.

Deben de asignarse unas fechas concretas para la organización de estos eventos.

Espacios para colaborar.

Se trata de lugares, plataformas, que facilitan el trabajo colaborativo. Ello quiere decir “construir juntos”. No es fácil, se requiere:

  • capacidad de escucha para comprender y aceptar posturas diferentes a la nuestra,
  • flexibilidad para aceptar que, quizás no todo suceda como esperábamos,
  • capacidad para desaprender y aceptar nuevos planteamientos
  • asertividad para ser capaz de defender los propios de forma correcta y 
  • capacidad de organización.

Todo ello se aprende haciéndolo. La teoría, las definiciones, ayudan, pero para aprender hay que hacerlo. Se trata de un cambio complejo que requiere un mínimo tiempo y esfuerzo. Con una correcta orientación, los resultados no tardan en llegar y se demuestra que el del equipo es siempre superior al de las personas trabajando por separado.

Existen una gran variedad de alternativas tecnológicas que cubren todos los requerimientos para poder trabajar colaborativamente en línea. Estas soluciones, correctamente empleadas permiten la colaboración sin la necesidad de que todos coincidan a la vez en un mismo lugar. Algunos ejemplos pueden ser: Trello, AsanaMicrosoft TeamsG Suite o su equivalente gratuito.

Espacios de aprendizaje en línea

Estos espacios requieren de un trabajo previo de recopilación y organización de los conocimientos y experiencias a compartir. Por ello es recomendable utilizarlos para el fomento del aprendizaje de aquellos conocimientos que vayan a requerirse durante un tiempo y sean considerados como indispensables para los colectivos que trabajan en una organización.

Tradicionalmente se han utilizado los llamados Learning Management Systems o LMS. Existen diferentes alternativas como comenta Mario G. Almonte en su blog. Se trata de espacios en los que es posible acceder a información, organizada normalmente por cursos, en los que se puede debatir y compartir documentos de diferentes tipos. Son óptimos para planificar y dinamizar el aprendizaje programado de un gran número de personas. Dependiendo del modelo pedagógico utilizado pueden orientarse hacia “aprender leyendo” y basado en la realización de exámenes automatizados o bien “aprender haciendo” basado en la realización de tareas y simulaciones asociadas al puesto de trabajo.

Hemos aprendido que:

Si bien cada organización es diferente:

1. Es posible trabajar en línea y hacerlo razonablemente bien.

2. Ante el requerimiento de cambios urgentes, es necesario observar, colaborar y compartir con rapidez para asegurar que todos puedan adaptarse al nuevo entorno de la mejor manera posible.

3. La creación de nuevas rutinas de trabajo colaborativo y transversal han generado un sentimiento de pertenencia a las organizaciones y han puesto en valor las aportaciones de todos los equipos y personas.

4. La creación de nuevo conocimiento sólo ha sido posible a través de la participación de todos

Recordemos que:

1. Las personas aprenden de forma natural en las organizaciones. Debemos adaptar los nuevos espacios para el aprendizaje para promover una comunicación basada en el diálogo y encaminada a compartir temores y generar confianza.

2. Debemos acompañar a las personas en este nuevo entorno virtual, para promover el aprendizaje. Será necesario mejorar y consolidar las nuevas rutinas, buscando la agilidad y la efectividad. Para avanzar por igual deberemos compartir las nuevas buenas formas de hacer.

3. Será necesario reservar el tiempo oportuno. Inversión que recuperaremos con creces a través de una reducción de los errores ya cometidos por otros y un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.

4. Seguirá siendo indispensable evaluar el impacto generado por estas actividades.

Hemos “re-aprendido” que:

1.- Los procesos de trabajo pueden ser más flexibles y se pueden simplificar.

2.- El liderazgo es clave para acompañar a los equipos en la obtención de resultados.

3.- La comunicación es fundamental para asegurar el éxito de los equipos.

4.- El empoderamiento funciona: Los equipos responden cuando los objetivos son claros y compartidos.

5.- La creatividad se desarrolla ante la necesidad de resolución de problemas complejos.